Columna: Desde Afuera, edición Minneapolis I
Por: Alejandro J. Rosado
Soy Alejando Rosado y desde el 2018 viajo cada 4 a 6 semanas
a la ciudad de Minneapolis para ver mi hijo. Pukito como le llamo
cariñosamente, o Alejandro como es su nombre de pila, es mi más grande proyecto
de vida. Le encanta caminar y conocer todo a su alrededor. De igual modo es un
niño muy privilegiado porque la mayoría de las veces viaja conmigo. Sin
embargo, en esta ocasión en el mes de mayo de 2023, decidí aprovechar el fin de
semana largo para pasar unos días en Minneapolis.
Preparativos
Gracias a los amigos de Mochileando.com (Anuncio de pagado)
pude encontrar vuelos a Minneapolis (MSP) desde Orlando (MCO) muy accesibles
con la línea aérea Sun Country.
Ya teniendo el boleto aéreo seguro, pasé a reservar nuestro
alojamiento. La inmensa mayoría de las veces siempre confío en los hoteles
Hilton. Su programa “Hilton Honors” es de los mejores en la industria y con
alrededor de una decena de marcas en su porfolio. Para esta ocasión escogí el
Marquette de su línea Curio. El mismo está ubicado en el área del Nicollet
Mall, en el centro de la ciudad y muy cerca de restaurantes, transporte público
y lo más importante, a pasos del parque.
Experiencias en la ciudad
Mi vuelo aterrizó viernes en la noche y luego de hacer "check-in” en nuestro hotel fui a comer. Caminando por el área del Nicollet Mall encontré a “Barrio”. Barrio es una cadena de restaurantes de comida Mexicana. Aunque admito que he visitado otras localidades, nunca había visitado esta. Su barra es de primera clase y contiene más de 100 marcas distintas de Tequila y Mezcal. Su menú es uno simple, que le rinde honor a una de las gastronomías más antiguas que conocemos,
Emocionado por el menú me decidí por un taco de carnitas (cerdo desmenuzado) y otro de “pork belly” con una deliciosa paloma para tomar.
Esta paloma me trajo recuerdos de mis visitas a México, en especial a Cabo San Lucas. Mi gran amigo el Chef Manny Serrano fue quien por primera vez me sirvió este refrescante coctel. Su ingrediente principal es el tequila y su acompañante es el refresco de toronja. En esta versión, le incluyeron emulsión de jengibres, ¡Fantástico! A los pocos minutos llegaron los tacos ¡Mi madre! Doña Ruth tenía razón al decir que yo soy un fanático de la cocina mexicana.
La textura de las carnitas estaba exquisita. Puedo compararla con la de un plato cubano llamado ropa vieja, pero su sazón y gusto es más en lo cítrico. Puedo imaginar el cazo de carnitas en la cocina con su color marrón-anaranjado y las pequeñas partículas de grasa liquida flotando en la misma. Es algo muy auténtico en la gastronomía mexicana.
David, mi bar tender me miraba emocionado mientras degustaba aquella obra de arte y me sugirió el taco de “Ahi Tuna”. Este fue mi favorito. Lo sirven con la tortilla de harina crujiente y el atún sale con su marinado que une la crujiente tortilla en una experiencia balanceadamente gratificante. Me sentía en mi zona de confort y decidí pedir un mezcal para acompañar al taco de “pork belly” que aún me faltaba por comer. David muy amablemente me pasó la carta de licores para escoger mi caballito (shot). Me decidí por un caballito de Mezcal Ideal reposado.
En la segunda entrega de la columna leerán recomendaciones sobre donde ir y qué hacer en Minneapolis.
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